sábado, 21 de junio de 2008

"Viaje al fin de la noche", de Louis-Ferdinand Céline.

Debo comenzar contando como llego este libro a mis manos, un compañero del trabajo me lo dejó diciendomé "Es un relato bastante bukowskiano, seguro que te gustará", en efecto así ha sido.

Ha sido un libro un poco atípico, son unas 600 páginas, las primeras 200 se me hicieron un poco pesadas y durante un tiempo lo aparqué, pero, cuando lo retomé debo reconocer que casi me bebí el libro, cada día quería un poco más.

El libro, cuenta las peripecias de Céline, primero como voluntario en la guerra mundial, luego en las colonias en áfrica, más tarde al otro lado del charco, persiguiendo un futuro mejor en América y finalmente de vuelta en Francia ejerciendo como médico, enamorado de una prostituta, desencantado de la vida y buscando permanentemente alguna forma de jalar. Una descripción cruda que no recurre a la autocompasión.

Muchas personas se cruzan con Céline, muchas quedan atrás, algunas con buenos recuerdos, la mayoría con despedidas indeseadas o amargas, robándose mutuamente un trocito de alma.

Pseudo cómplice (por omisión) en un caso de asesinato, acostándose con la mujer de su amigo, manteniendo no obstante su amistad con él, viendo exhalar el último aliento de muchas personas, conociendo la miseria de las personas a las que atendía como médico, viviendo en sus carnes la hipocresía de una sociedad que no lo entiende y que, de todos modos, Céline no aprecia.

No es una historia de borracheras y mujeres, en ningún caso, la novela muestra a las personas con sus grandezas y sus miserias, sus luces y sus sombras... una especie de viaje hacia el alma humana, mezcla de sueño y pesadilla.

Particularmente me gustó el final, aquí dejo una pequeña porción del libro que me gustó:

¡Reconocedlo!... ¡Qué lo que necesitáis es la novedad!... ¡Orgías! ¿Por qué no jovencitas vírgenes? ¡Hatajo de depravados! ¡Hatajo de cerdos! ¿Por qué buscáis pretextos?... Lo que os pasa es que estáis hastiados de todo, ¡y se acabó! Solo, ¡que ya no tenéis valor para vuestros vicios! ¡Os dan miedo vuestros vicios!.

Pero, ¡claro que si! -le respondió- ¡Claro que tengo valor! ¡Y seguro que tanto o más que tú!... Sólo que yo, si quieres que te diga la verdad... toda absolutamente... pues, ¡es que todo me repugna y me asquea ahora! ¡No solo tú!... ¡Todo!... ¡Sobre todo el amor!... El tuyo como el de los demás... Ese rollo de los sentimientos que andas tirándote, ¿quieres que te diga a qué se parece? ¡Se parece a hacer el amor en un retrete! ¿Me comprendes ahora?... Y los sentimientos que andas sacando para que me quede pegado a ti, me sientan como insultos, por si te interesa saberlo... Y ni siquiera lo sospechas, además, porque la asquerosa eres tú, que no te das cuenta... ¡Y ni siquiera te imaginas que eres una asquerosa!... Te basta con repetir los rollos que anda soltando la gente... Te parece normal... Te basta porque te han contado que no había nada mejor que el amor y que le da a todo el mundo y siempre... Bueno, pues ¡yo me cago en el amor de todo el mundo!... ¿Me oyes? Yo ya no pico, chica...¡en su asqueroso amor!...¡Vas lista!... ¡Llegas demasiado tarde! Yo ya no pico, ¡y se acabó!... ¡Y por eso te enfureces! ¿Sigue interesándote hacer el amor en medio de todo lo que ocurre?... ¿De todo lo que vemos?... ¿O es que no ves nada?... ¡Más bien creo que importa un pepino!... Te haces la sentimental, pero eres una bestia como no hay dos... ¿Quieres jalar carne podrida? ¿con tu salsa a base de ternura?... ¿Te pasa así?... ¡A mí no!... Si no hueles nada, ¡mejor para ti! ¡Es que tienes la nariz tapada! Hay que estar embrutecido como estáis todos para que no os dé asco... ¿Quieres saber lo que se interpone entre tú y yo?... Bueno, pues entre tú y yo se interpone la vida entera... ¿No te basta acaso?