Hay un patrón de conducta que parece repetirse en todos los sitios que he currado: los trabajadores suelen hacer buenas migas entre ellos, si las empresas son grandes, se pueden formar incluso varios grupos.
Los jefes, por otra parte, suelen estar en el punto de mira, son los que llevan la administración de la empresa y, como en el fútbol, todo el mundo da su opinión de como debería hacerse.
Que nadie me malinterprete, no pretengo salvarle la cara a los jefes, cierto es que he conocido a algunos extraordinariamente buenos y a bastantes que han sido auténticos cabrones, pero si tuviese que elegir un bando, estaría en las trincheras de los trabajadores.
Como decía, todo el mundo cree poder hacerlo mejor, las horas de la comida son desde luego las preferidas para poner a parir al personal o decir si haría falta contratar/despedir a alguien...etc... La pregunta fundamental es: ¿de qué cojones sirve hacer eso? solo consigues quemarte y sentirte desgraciado, yo solía repetir a la gente que se regodeaban en su dolor, que eso no servía para nada, ellos solían replicarme que esa era una forma de desahogarse, en serio? no creo que te puedas desahogar contando lo miserable que es tu trabajo al tiempo que contemplas como el resto de tus compañeros asienten convencidos por tu breve discurso, es imposible, no sirve para nada.
Lo único útil es cambiar la realidad, de que sirve decir que el mundo es una mierda? los trabajadores tienen bastante más poder del que creen, bastaría que varios se pusiesen de acuerdo para ir a la huelga en el momento adecuado o para, simplemente, abandonar la empresa en el momento crítico, sin embargo esto jamás ocurrirá, al menos no en España... en "1984", de George Orwell hay un momento en que se dice : "A los proles se les puede conceder libertad intelectual por el sencillo motivo de que no tienen intelecto alguno", es triste tener que darle la razón...
Despotricar y despotricar, cagarse en el jefe y luego, agachar la cabeza cuando te pregunta... de que sirve eso? da igual que se cambien de empresa, en la siguiente empresa les pasará exactamente lo mismo, volverán a quejarse y lamentarse de su desgracia autocompadeciéndose.
La solución pasa por ser mucho más prácticos, organizarse y emprender acciones reales con incidencia real, no digo que se ponga todo el mundo en huelga, pero si que salgan todos a su hora, invariablemente, en bloque si es preciso. Probablemente hace falta más valor para este tipo de acciones que para despotricar delante de una cerveza.
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