Voy a contar una de esas historias de amor-odio que nunca se olvidan: la de los navegadores web.
Comencé a usar Internet hace bastante tiempo, allá por el año 1996, cuando tenía 13 años, tener Internet en aquella época ya era todo un avance, si además vivías en un pueblecito de Extremadura, entonces la cosa se elevaba a la categoría de logro.
Y aquí empiezan los navegadores: inicialmente, usaba IE4.0, pero al poco tiempo ya estaba usando Netscape 4.5, netscape era un buen navegador, pero era leeeeeento, muuuuy lento, el tiempo de carga resultaba insufrible mientras que IE4.0 cargaba mucho más deprisa (debido, eso si, a que Microsoft lo incrustaba en el propio sistema operativo). A base de navegar por la web, acabé conociendo Opera, la primera version de Opera que usé fue la 3.x (creo recordar) y aquello me dejó asombrado: escaso consumo de memoria y pestañas (si, por aquel entonces), sin embargo me costaba hacerme con la interfaz de Opera (por entonces no andaba tan suelto en ordenadores) y acabé dejándolo.
Entonces llegó IE5.0, lo estuve usando durante un buen tiempo: era relativamente rápido, era Microsoft, y eso no me entusiasmaba, pero para entonces estaba claro que la guerra de los naveadores (al menos entre Netscape y IE) la había ganado Microsoft...
Y cuando todo parecía perdido... cuando todos pensamos que Microsoft obtendría otro monopolio, Netscape decide liberar el código de Netscape 4.5, creo que fue el primer programa importante cuyo código fuente fue hecho público, se armó bastante revuelo en el mundillo y enseguida la gente se puso a trabajar en él, al poco tiempo, apareció la primera versión pública de Mozilla.
Cuando comencé a usar Mozilla, debo decir que aquello era todo un bug, era aún lento, pero me gustaba la idea de que el código estuviese disponible a todos y así todos tuviesen opción a mejorarlo, Mozilla comencó a implementar funciones de lo más agradables, como Skins o pestañas, así que para la versión 0.9.6 yo era un fiel usuario de Mozilla, todo fue bien y Mozilla llegó hasta la versión 1.6b, entonces, apareció firefox.
Debo decir que firefox es una gran idea con una implementación no muy buena, la idea es, como casi todo el mundo sabe, hacer un navegador ligero, que no consuma mucha memoria (como le ocurria a Netscape y en parte a Mozilla), la realidad es que firefox consume tanta memoria como Mozilla. Desde el principio noté que firefox no era, ni de lejos, más ligero que Mozilla, así que no lo usaba, continué con Mozilla 1.6b, pero claro, en esto de los navegadores hay que actualizarse y no quedaba más remedio que pasarse a firefox...
Pero firefox seguía sin gustarme y entonces apareció Opera 9, los propietarios de Opera decidieron darlo gratuitamente y sin banners, así que, aunque Opera no pone el código fuente a la vista, estuve usando Opera durante cosa de un año, me gustaban sus pestañas, sus gestos de ratón... y su ligereza, Opera consume muy muy poquito y es realmente un navegador ágil.
El caso es que por motivos de trabajo y demás, volví a Firefox cuando éste iba por la versión 1.5, parecía que la cosa ya no consumía tanto como antes, pero estaba lejos de Opera, con la llegada de firefox 2, la cosa no mejora y el consumo sigue disparado.
Así que ayer mismo me harté de nuevo de firefox y aquí estoy, de nuevo con Opera escribiendo estas lineas, se ha prometido que firefox 3 tendrá mucho menos consumo de memoria, espero que así sea. Por su parte Microsoft se durmió en los laureles con IE6.0, que es, por cierto, un navegador horriblemente malo, lleno de bugs de renderización y de terribles fallos de seguridad, respecto a IE7.0... lo siento, hace años que dejé de usar windows, no me ofrece nada nuevo.
Así pues, talibanes de firefox, sigan evangelizando, pero dejen de creer que firefox es la panacea... le falta camino por recorrer, aunque está siguiendo buenos pasos.
viernes, 28 de diciembre de 2007
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