El creacionismo ¡vaya timo!

Genial libro escrito por Ernesto Carmeda (1979, Madrid. Biólogo. Miembro de la Sociedad para el avance del Pensamiento Crítico) en el que aborda el tema del creacionismo: esa peculiar chabacanería que algunos cristianos se empeñan en creer.

El creacionismo, por si alguien no lo sabe, es la idea de que al hombre lo creo dios, bueno, al hombre, la tierra, los animales... absolutamente todo fue creado por dios, esto de por sí ya debería resultar chocante a cualquier persona con unos mínimos estudios, pero aún hay más: los creacionistas creen que el libro del génesis de la biblia es algo histórico es decir: que el diluvio universal ocurrió y que, menos mal, Noé estaba por allí cual Chanquete para reunir una pareja de cada animal y así conservar las especies...

El libro está muy bien llevado, desde el principio hasta el fin, comienza explicando que, a pesar lo que pueda parecer, el creacionismo no es solo patrimonio de algún estado de Estados Unidos, sino que también se da en Europa, en un tono desenfadado comenta lo absurdo que puede llegar a ser, la imposibilidad misma del creacionismo y el porqué la teoría de la evolución es más que válida.

Mención especial hay hacia la cuestión del diseño inteligente, que no es más que creacionismo que se intenta presentar así mismo como una alternativa científica a la evolución, con algunas comparaciones bastante divertidas como por ejemplo, considerando que el ser humano ha sido diseñado por una entidad inteligente, ¿como es que en el caso de la mujer se ha puesto el dispositivo de expulsa de orina tan cerca de la zona de diversión? por no hablar del caso del hombre.

También se hace incapié en un asunto y es que nunca se debe admitir discutir con un creyente en el diseño inteligente como si dicha creencia fuese una cuestión científica, la evolución y el diseño inteligente no deben debatirse, porque una cosa es científica y la otra no, admitir un debate sería admitir que ambas son opciones científicas, cuando no es así.

Pocas páginas, mucha ironía, crítica y afán divulgativo, una buena mezcla para dar lugar a un buen libro.

Resulta chocante que la iglesia lleve desde mediados del sXIX peleándose con la evolución, está bastante claro que si por la iglesia fuese, el avance la ciencia hubiese sido prácticamente nulo, no obstante, hasta que llegó Darwin, los conflictos con la ciencia no fueron más allá de los generados por el Heliocentrismo (Copérnico y Galileo), han tenido que pasar muchos siglos para que en Ciudad de Vaticano se haya erigido una estatua en honor a Galileo... tal vez necesitemos otros tantos siglos para que erigan otra a Darwin... mientras tanto, sigamos siendo escépticos, sigamos cuestionando, sigamos buscando el conocimiento y sobre todo, luchemos contra quienes coartan la difusion del conocimiento en nombre de una idea fanática, sean cristianos, políticos, musulmanes, ateos o lo que sea, el conocimiento nos hace más libres.